jueves, 5 de abril de 2012

Capitulo 6 "La primera vez"




Poco después un elegante deportivo entra en el aparcamiento. Dunphys lo observa y sale sin que se den cuenta de su coche y se acerca al recién llegado.

Da un golpe en la ventanilla. El conductor la baja y entabla conversación con el irlandés.

-Hola, buenas noches. Soy el aparcacoches. Por un pavo se lo dejo en un lugar mejor que este.

-No me interés….- El preso coge la cabeza del conductor y le rompe el cuello.

-A mi tampoco.

En un momento Ernest toma el cuerpo del conductor. Curioso observa su nuevo cuerpo.

-Mmm..!!! Vaya, estoy palpando la mercancía y esta mejor surtido que el militar.

Abre la guantera del coche y encuentra unas gafas de sol. Se las pone para tapar sus ojos negros y decide ponerse en acción.

Ernest sale del coche y le da las llaves al preso como si fuese un aparcacoches.

-Toma muchacho buscame un buen sitio.

Mientras preso sonríe y se queda dentro del coche recordando que no sabe conducir. Ernest se va cantando al burdel.

Ernest entra en el lugar lleno de luces de neón. y encuentra a un tipo enorme, que lo deja sorprendido y antes de pronunciar una palabra el hombre dice con voz fuerte y decidida

-Son 100 dolares, es penetración, estimulación oral y tienes derecho a una posición, o también esta por 150 dolares todas las posiciones que quieras por 30 minutos, adelante puedes ver a las chicas para que escojas cual te gusta.

Da una palmada y aparece una china, otra rumana, una rusa y una española. Elige a una de las bellas muchachas y el gigante le indica por donde tiene que subir. Una vez llegado arriba ve un largo pasillo con habitaciones numeradas. La chica escoge una de ellas y entran en una habitación con una cama y un espejo. Ernest ve que el mobiliario es bastante escueto y justo para el uso que se da en este tipo de situaciones. Ernest se desnuda, apaga la luz y se quita las gafas.

Entonces empieza una sesión maratoniana de sexo donde después de mas de 70 años el psicópata se pone al día y recupera los años perdidos de fricción física. Una vez agotados de tanta relacion la mujer se levanta para vestirse. Esta de espaldas al hombre, momento que aprovecha para romperle el cuello y tomar su cuerpo. Coge de nuevo sus gafas y se quita la ropa que estaba a medio poner. Desnuda cruza el pasillo y entra en la habitación de enfrente.

Encuentra a una mujer con un látigo y una mascara azuzando a un gordo cuarentón con anillos y cadenas de oro.

-¿¿Puedo unirme a la fiesta??.-dice la recién llegada.

-Claro que si encanto. Tengo para todas.

La otra mujer asienta resignada. Ve algo extraño y terrible en la mujer que acaba de llegar. Pasan varias horas de sexo salvaje donde Ernest descubre el placer femenino y unas cotas de sensaciones que jamas pensó que existían. Incluso piensa que el hombre es el mayor perdedor en las relaciones porque de un abanico de placeres como representante masculino apenas percibe una pequeña parte. Amanece cuando abandona la habitación y vuelve a la suya para recuperar el cuerpo del tipo. Deja a la muchacha debajo de la cama esperando que no la descubran muy pronto. Baja por las escaleras cuando el giganton se planta ante el para pedirle el pago de sus servicios. Un patada en sus testículos, una nariz rota y la cabeza abierta es la retribución por la noche pasada en el local. Pero antes decide hacer una parada en la barra del bar y tomar alguna consumicion por cuenta de la casa y a la salud del caído cobrador.

Amanece cuando Ernest sale todo borracho del burdel mientras su compañero espera sentado en el capo del coche. Al verlo le ayuda a entrar y se marchan por la carretera.

-Ha sido increíble este tío es un toro. Además nunca había probado el sexo con un hombre.

-¿Quéeee…? ¿Eres gay?.- pregunta sorprendido el irlandés.

-Nooo…. Tome el cuerpo de la chica que estaba follando después de agotar el mio y me uní a la fiesta de la habitación de al lado.

-Eres tremendo, Ernest. Tremendo.

Mientras el coche se aleja y se acerca a la ciudad. Apenas perciben que se cruzan con un Hummer militar que va en dirección contraria a la suya.

Continuara...

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