miércoles, 21 de marzo de 2012

Capitulo 4 "Duo"


El preso permanecia inmóvil con la cabeza caída y la saliva cayendole por la boca.

Un científico entra en la habitación y le toma el pulso.

-Joder. Este también esta muerto.

Dunphys con un hilo de voz.

-Ayudame...

El hombre sorprendido acerca su oído a la boca del preso mientras los ojos del irlandés se vuelven negros sin que el otro se de cuenta.

-Ayudame...

El investigador ayuda a Dunphys a levantarse. Mientras todo loque sucede en el laboratorio es observado con gran tensión ya que han desaparecido ambos del plano de la cámara.

Un silencio se instala en ambos sitios solo roto por un crujido. El crujido de un cuello. Para sorpresa de todos el científico y el preso aparecen entrando en el lugar de la investigación.

El preso con los ojos cerrados es llevado por el de la bata blanca que mira al suelo sin que sus ojos hagan contacto visual con los presentes y resulta imposible verlos.

En la sala acristalada algunos científicos siguen trabajando con los utensilios de laboratorio. Un soldado que permanece en su interior decide ayudar a los recién llegados. En el momento que se acerca Dunphys empuja al científico contra el soldado y aprovecha para coger su arma y apuntarle a la cabeza. En el exterior de la sala salta la alarma y los soldados empuñan sus armas de asalto contra los encerrados.

Todo esto orquestado por un oficial orgulloso detrás de su gafas de sol.
-No tienes escapatoria. Si me obligas disparare contra todo el equipo de la sala.

Los científicos asustados se pegan contra las cristaleras clamando por sus vidas. Entre todos los condenados de bata blanca que están rogando hay uno que pasa desapercibido. El mismo que entro con el preso y que muestra unos ojos en blanco y cara de placer, mientras asiente con la cabeza esperando el momento.

El oficial es un experto en situaciones de riesgo. Ha pasado por muchos momentos delicados y suele observar cada pequeño detalle para que nada se le escape. Y el detalle del hombre poseído a roto sus esquemas. Temeroso de que exista una infección vírica grita asustado.

-¿Que coño es eso?-mientras señala al infectado.¡Fuego, joder! ¡FUEGOOO!!

Todos los soldados disparan dejando el laboratorio totalmente destrozado y un reguero de batas rojas. Entre el caos, una mano aparece sobre una mesa intentando apoyarse. Es el soldado que estaba dentro del recinto.

-¡Estoy bien! ¡Estoy bien!

Finalmente logra incorporarse mientras hace como si se limpia y en un rápido gesto alza la mirada mostrando sus glaucos ojos y dispara contra uno de los soldados del exterior del laboratorio. Acto seguido todos disparan al agresor que cae. Tan absortos están vengando a su compañero que no ven como se levanta el soldado recién caído y empieza a disparar a sus propios compañeros.

El oficial dispara al soldado asesino en la cabeza y este cae desplomado de nuevo.

Nuevos refuerzos llegan para ver la carnicería.

El militar nervioso señala los cadáveres de soldados y científicos y empieza a gritar mientras dispara a los cuerpos de una manera aleatoria.

-MATARLOS. MATARLOS A TODOS...

El grupo de refuerzo mira con sorpresa al militar. De repente, uno de los soldados caídos se levanta y empieza a disparar a los recién llegados. Otra vez el oficial descerraja un tiro en la cabeza y cae desplomado pero otro soldado muerto de la nueva remesa se incorpora y mata a algunos de sus compañeros para después es rematado por los vivos.

El oficial desesperado se lleva las manos a la cara.

¡Joder, esto es una puta locura!

Cuando aparta las manos se encuentra una pistola en su cara. Dunphys le mira contento.

-Tenias razón, no hay nada como la libertad.

El prepotente oficial miraba impertérrito el cañon de la pistola que apuntaba a sus ojos mientras le dice:

-Anoche me tire a tu mujer

-Lo dudo-dijo Dunphys(Ernest). Después baja el arma y le dispara al corazón.- Nunca tuve mujer. Y hace décadas que ni muerto he movido la cintura con una dama.

Acto seguido Dunphys coge las gafas del militar y se las pone. Ahora Ernest tiene su propio cuerpo y esta feliz.

-¡Joder! Mirame que músculos tengo. Con este cuerpo voy a tirarme a media ciudad. Vamos a probarlo.

El irlandés le muestra su cuerpo lleno de balazos y torso destrozado por las heridas de bala.

-Pero antes me cambiare de ropa para no llamar la atención.-dice Dunphys.

La casa queda en silencio y solo se ven dos sombras alejándose. Un irlandés con una gabardina negra y ajustada y unas gafas de sol. A su lado Ernest con el cuerpo de un musculoso y prepotente oficial pavoneandose en su primera noche y disfrutando de volver a pisar el mundo despues de mucho tiempo.

Continuara....

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